Nuestro mundo siempre será complejo y estará conectado de formas que no entendemos por completo. Una gran marca es todo lo contrario.
En esencia, una gran marca es un concepto simple, tiene sentido salir de lo complejo.
Es el conjunto de señales visuales y verbales a través del cual las personas conectan contigo. Sin embargo, muy pocos lo hacen bien. Esto embarca todo, desde productos, hasta espacios públicos y personalidades, tiene una marca, un logotipo, una experiencia. La mayoría son inolvidables al instante. El público lo siente, ven, suenan y se sienten igual que todo lo demás. Se basan en un pensamiento empírico, fácil y obvio, lo cual no está mal, pero se limita a seguir tendencias en lugar de forjarlas. Y aquí radica nuestra oportunidad.
Si bien no podemos cambiar el mundo, podemos cambiar nuestra pequeña parte de él. Mientras otros luchan en su mar de igualdad, nosotros buscamos destacar. Lo hacemos definiendo y diseñando una idea simple que dirige todo, en todas partes, todo el tiempo en todo momento. Y para lograrlo tenemos que ser generosos, trabajar de forma destacada con nuestros clientes, para entender sus necesidades y visión de mercado.
Lo simple es generoso y efectivo.
Crear una idea tan simple es un acto profundamente generoso.
Una idea simple es generosa porque sus clientes, empleados, comunidades, la entienden instintivamente, es fácil de usar, les ayuda activamente. Está diseñado para que ganen .
Es especialmente generoso si se crea no solo para ellos, sino con ellos, si se fomenta su participación y colaboración del propio cliente, el cual requiere la creación de una marca que logre esa conexión con el mercado.
Del mismo modo, una idea simple, es tan generosa dentro de su empresa como fuera. Desde el Gerente General (CEO) hacia abajo, si cada miembro de su equipo se siente involucrado en el proceso de desarrollo de su marca y está de acuerdo con sus significados e ideales centrales, esto pagará enormes dividendos posteriormente.
Por lo tanto, las ideas simples surgen de la realidad, porque están diseñadas directamente para y con sus seres queridos. Siempre hay pensamiento, razón y estrategia. Considerando la experiencia que tendrán los clientes finales al usar los productos y/o servicios de la marca.
